Érase una vez un joven llamado Nginx al que todo el mundo quería. Un día, Nginx se enteró de que todo el mundo en el pueblo estaba ocupado buscando una manera de llevar la información del exterior a sus casas, así que Nginx pensó: "¡Yo también voy a ayudar a la gente del pueblo! Así que Nginx comenzó su aventura.
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Nginx se dirigió a la carretera principal de las afueras del pueblo, que estaba llena de coches.Nginx encontró una avenida llamada Avenida 80, que conducía a la puerta del pueblo.Nginx pensó: hay muchos coches en esta avenida, ¿podría pedirles que le ayudaran a introducir la información en el pueblo? Así que Nginx decidió instalar una estación de transferencia en la avenida 80 y les dijo a todos que acudieran a él primero si querían ir a la aldea.
Nginx se movió bruscamente y cogió un trozo de papel en el que se leía: "Bienvenidos a la estación de transferencia de Nginx, ¡sólo tenéis que darme la información y yo la llevaré al pueblo por vosotros!". Gritó sonriente a los viajeros de la carretera principal. Como resultado, muchos vehículos pronto se dirigieron a la estación de transferencia de Nginx, entregando todo tipo de información a Nginx.
Nginx cogió cada dato, lo examinó cuidadosamente, volvió a empaquetar cada uno para asegurarse de que la información era segura y luego se lo dio al tío del portero del pueblo. Todos decían que Nginx era un tipo muy fiable, y a partir de entonces, el número de vehículos en la avenida 80 aumentó, y Nginx cada vez estaba más ocupado.
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Con el tiempo, Nginx se dio cuenta de que su estación de transferencia estaba un poco congestionada, con algunos vehículos esperando durante largos periodos de tiempo. Así que a Nginx se le ocurrió una gran idea: iba a añadir algunos clasificadores dentro de la estación de transferencia, para que pudieran ayudar a procesar la información y mejorar la eficiencia. Así que Nginx abrió su caja de herramientas y sacó unos cuantos clasificadores. Les enseñó a clasificar los mensajes y a llevarlos rápidamente a los pueblos. Después de un duro trabajo, la estación de transferencia de Nginx se organizó, los vehículos ya no estaban abarrotados y todo el mundo estaba contento.
Finalmente, un día, la gente del pueblo expresó su gratitud a Nginx, diciendo que Nginx era como el guardián del pueblo, siempre vigilando la seguridad del pueblo y llevando la información a su destino. nginx se sintió muy feliz porque sabía que se había convertido en una parte esencial del pueblo.
Y así termina la historia. La estación de transferencia de Nginx está más ocupada desde entonces, pero Nginx tiene una creciente sensación de logro. Aprendió que si pones tu corazón y tu alma en ayudar a los demás, puedes convertirte en un héroe en el corazón de todos, aunque se trate de lo más pequeño.